Desde un club de cena dentro de un vagón de metro londinense hasta cafeterías para gatos y restaurantes donde los platos se entregan en una montaña rusa, el mundo está lleno de lugares extraños, maravillosos y francamente descabellados donde comer. Aquí te descubrimos los restaurantes más insólitos del mundo, que seguro que te dejarán boquiabierto y darán que hablar.

Haz clic o desplázate por nuestra galería para descubrir los restaurantes más inesperados del mundo, con una cuenta atrás hasta llegar al más extraño de todos.

Hemos basado nuestra clasificación en lo insólito de cada restaurante y en las opiniones de nuestro viajado (y bien alimentado) equipo. La lista es inevitablemente subjetiva.

El único restaurante giratorio de Nueva Zelanda ofrece vistas de 360 grados de la ciudad de Auckland y el golfo de Hauraki. Encontrarás la brasserie Orbit en lo alto de la Sky Tower de Auckland, con un menú moderno que incluye productos locales y de temporada. Los platos típicos incluyen salmón macerado con pastrami y crème fraîche de rábano picante y venado con remolacha y ruibarbo.

Por si el hecho de estar ubicado en una naranja gigante al borde de la carretera no fuera ya bastante inusual, el hecho de que se trate de una hamburguesería -en lugar de un bar de zumos- eleva este lugar a niveles brillantemente extraños. El Mammoth Orange se encuentra justo al lado de la carretera entre Little Rock y Pine Bluff y se construyó en 1966, inspirado en un restaurante similar de Fresno (California). Los pilares del menú son los perritos calientes y las hamburguesas, aunque también se ofrecen batidos y especialidades como bagre frito.

Alégrense los amantes de los gatos: este café es para ustedes. El Cat Café, el primero de su clase en Australia, se centra en los peludos residentes, que proceden de refugios de rescate y solo esperan que los abracen. Hay que pagar una pequeña entrada y el local vende una gran variedad de pasteles y cafés; aunque el menú sea corto, los peludos felinos son la principal atracción. Lo mejor de todo es que, si realmente te gusta un gato, puedes adoptarlo. Hay cafeterías similares en el Reino Unido, Francia, Taiwán y Alemania.

Puedes navegar por los canales de Xoximilco en trajineras tradicionales en esta experiencia gastronómica flotante especial. Los comensales suben a bordo de una de las embarcaciones multicolores, con luces florales brillantes y diseños personalizados, antes de embarcarse en un menú fijo repleto de platos mexicanos clásicos (como mole de pollo, fajitas de bistec y flan de maíz). Este restaurante único, que se disfruta mejor al atardecer, permite a los visitantes descubrir las tradiciones mexicanas en el entorno más mágico.

Los fans de Barbie (y de la exitosa película Barbie ) pueden obtener su dosis de todo lo rosa, plástico y fantástico en el Malibu Barbie Café. La cafetería pop-up viaja por EE.UU., parando en ciudades como Houston, Nueva York y Miami. Te esperan un montón de oportunidades para hacerte fotos, desde una caja de Barbie de estilo retro hasta un par de tumbonas a rayas rodeadas de arena. Pero la cafetería no es solo estética, también tiene unas credenciales gastronómicas decentes, con un menú cortesía de la semifinalista de MasterChef Becky Brown.

¿Te apetece cenar con una guarnición de cielos giratorios? Perfecto para ocasiones especiales, este insólito restaurante gira mientras cenas, completando una rotación completa cada 72 minutos. Situado en el interior de la Torre CN, el Restaurante 360 ofrece a los comensales platos apetitosos centrados en ingredientes canadienses de primera calidad (carpaccio de ternera, risotto de langosta y torres de marisco) junto a unas impresionantes vistas de Toronto.

Esta genial y extravagante hamburguesería se encuentra en unos vagones de tren encaramados al tejado de un edificio con vistas a la ciudad de Melbourne. Easey's sirve hamburguesas y perritos calientes gourmet junto con sabrosos acompañamientos como macarrones con queso, alitas de búfalo y bolas de queso brasileñas. Una banda sonora retro, elementos originales y paredes decoradas con grafitis contribuyen al ambiente.

Puede que el viejo dicho sugiera que comemos con los ojos, pero Dans Le Noir elimina por completo ese elemento. Los restaurantes, repartidos por todo el mundo, incluidos Londres, París y Estrasburgo, están atendidos por camareros ciegos o con deficiencias visuales y los comensales comen en completa oscuridad, confiando en sus otros sentidos para orientarse durante la comida. No podemos decirte mucho sobre la comida, ya que todos los platos son una sorpresa y cada lugar tiene una oferta ligeramente distinta, pero todo eso forma parte de la intrigante experiencia.

El Nido del Águila (conocido localmente como Kehlsteinhaus) es inusual tanto por su ubicación como por su historia. La propiedad fue regalada a Hitler en su 50 cumpleaños y, aunque no pasó mucho tiempo aquí, se convirtió en un símbolo del régimen nazi. Hoy es un restaurante de temporada (abierto de mayo a octubre) que sirve cocina tradicional bávara desde su posición al borde del monte Kehlstein, en los Alpes bávaros. A esta maravilla de la ingeniería que desafía la gravedad se accede a través de una serpenteante (y a veces aterradora) carretera excavada en las montañas, con un ascensor de latón que lleva a los comensales al comedor.

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Si te gusta que te atiendan con lujo de detalle, te encantará el @home Cafe, una cafetería de juegos de rol de Tokio. Es uno de los muchos lugares de Japón donde a los clientes se les asigna su propia camarera que sirve comida, canta canciones y juega. El menú suele incluir platos como curry japonés, ramen, perritos calientes y un pastel con forma de cachorro de juguete. Hay que pagar una pequeña entrada y los clientes deben gastar una cantidad mínima en comida y bebida.

Lejos de ser tan solo un restaurante, Andrés Carne de Res es un gigantesco emporio gastronómico que se ha convertido en un ícono de la cultura de este folclórico país. En esta experiencia de restaurante y club cenarás platos locales mientras te empapas de la cornucopia de objetos colgantes, luces de neón y letreros de colores. Por otra parte, encontrarás un laberinto de actuaciones en directo, personal disfrazado y salas tipo club para explorar. Exagerado y excéntrico, este restaurante no es para los débiles de corazón.

Virgilio Martínez se ganó su reputación de innovador de la cocina peruana en su restaurante Central de Lima, donde cada plato del menú degustación refleja una altitud diferente del país, desde el nivel del mar hasta los Andes. MIL lleva las cosas a un nivel totalmente nuevo, tanto en lo que se refiere al menú -centrado en raíces, tubérculos, hierbas y frutas cultivadas por las comunidades andinas a gran altitud- como a la ubicación. El restaurante está en el remoto Valle Sagrado de Perú, a 3.568 m sobre el nivel del mar y rodeado de pueblos agrícolas.

Si visitas The Yurt en Solitude, lo primero que tienes que hacer es adentrarte media milla (0,8 km) en el bosque a través de la nieve (te equiparán con raquetas de nieve y tu anfitrión te ayudará a bajar por el sendero iluminado por la luna y las linternas). Abierto en invierno, te espera el calor de una yurta mongola y delicias como lomo de cerdo con gratinado de patatas y queso azul, vieiras a la plancha, tartas de cebolla caramelizada y tarta de chocolate fundido.

Cuando se trata tanto de hamburguesas como de calorías, en este controvertido restaurante de Las Vegas se da definitivamente el caso de que cuanto más grande, mejor. Los clientes que pesan 159 kg o más comen gratis en el comedor temático del hospital, donde las camareras van vestidas de enfermeras y las bebidas se sirven por goteo intravenoso. Es famoso por su hamburguesa Octuple Bypass, con 40 lonchas de beicon y ocho hamburguesas; con 19.900 calorías, es la hamburguesa más calórica del mundo.

Retrocede en el tiempo en la tenuemente iluminada Bors Hede Inne, donde los huéspedes (conocidos como nobles viajeros cuando cenan aquí) serán recibidos por el posadero y agasajados con un banquete al estilo del siglo XIV de auténticos platos medievales. Date un festín de fenberry pye (pastel de cerdo, pollo y arándanos), bourblier de sangle (cerdo asado), sanc dragon (pollo con canela y almendras) y blamanger (similar al blancmange). Situado en la Villa Medieval de Camlann, es una experiencia de cena-teatro educativa y relajante a partes iguales.

Puede que los huéspedes experimenten un encuentro cercano del tercer tipo cuando visiten este restaurante, tienda y pequeña posada con temática extraterrestre, pero todo lo demás está muy, muy lejos. Esto se debe a que el Little A'Le'Inn de Rachel, con menos de 100 habitantes, está en medio del desierto de Nevada, junto a la Autopista Extraterrestre, de camino al Área 51. El restaurante sirve hamburguesas alienígenas, historias sobre avistamientos de extraterrestres y consejos sobre los mejores lugares para avistar tú mismo actividad extraterrestre.

Ubicado en el acuario más grande de Europa, en el Restaurante Submarino podrás degustar una selección de platos de inspiración mediterránea mientras todo tipo de vida marina, desde peces payaso hasta rayas y tiburones, nadan a tu alrededor. Abierto para comidas y cenas, entre los platos más destacados del menú están la paella tradicional y el bacalao a la parrilla con salsa bilbaína agridulce.

El restaurante de Arctic Bath se encuentra en medio de un río en las profundidades de ninguna parte. Este hotel flotante, cuyo singular edificio principal con forma de nido alberga el restaurante, se desliza por el río Lule en verano y se congela cuando se instala el hielo, pudiendo acceder a él a través de un pontón. El menú, estacional y siempre cambiante, se basa en ingredientes de origen regional, desde bayas, mostaza y miel hasta pescado y carne de reno.

Es una larga y ardua caminata o un pintoresco viaje en el Ebenalpbahn (teleférico) seguido de una caminata más corta hasta esta posada del siglo XIX. Berggasthaus Aescher, abierta de mayo a octubre, se aferra vertiginosamente a la ladera de la montaña Ebenalp, en la región de Appenzell, en los Alpes suizos. Lo construyeron unos granjeros como lugar de descanso mientras pastaban sus cabras. Ahora es una casa de huéspedes asombrosa y un restaurante de destino, especializado en ingredientes y tradiciones locales, con vistas sobre los valles hasta el lago Constanza.

Encaramado sobre el popular Parque Nacional Manuel Antonio, en la costa del Pacífico de Costa Rica, El Avión ofrece el tipo de vistas que podrías esperar de un avión que vuela bajo. Lo cual es apropiado, porque este restaurante único se encuentra en el interior de un avión de la Guerra Fría de los años 80, el Fairchild C-123. Su avión hermano fue derribado sobre Nicaragua, mientras que éste estaba abandonado en el principal aeropuerto de Costa Rica, en San José. Fue transportado aquí en 2000 y convertido en este restaurante y bar, cuyas terrazas dan al océano.

¿Te apetece cenar bajo el mar? Tus sueños pueden hacerse realidad en M6m, el restaurante submarino situado en el complejo turístico OZEN Life Maadhoo, en las Maldivas. Decorado con lujosos muebles, el restaurante de alta cocina sirve un menú de marisco de cuatro platos (hay opciones vegetarianas y de carne), en el que los comensales se sientan codo con codo con peces, tiburones y rayas.

Cenar en Tonga Room & Hurricane Bar es una experiencia surrealista. En el hotel Fairmont San Francisco, este bar de estilo tiki tiene una enorme laguna en el centro, una decoración extravagante y tormentas tropicales periódicas con truenos y relámpagos (simulados). La Island Groove Band lanza sus éxitos desde una barcaza cubierta de paja mientras la pista de baile se mece y los invitados se dan un festín de cocina de fusión polinesia.

Aquí los comensales pueden probar el variado menú de desayunos, platos de marisco, platos para compartir, hamburguesas y ensaladas de Bientang's mientras observan cómo las ballenas saltan del océano, literalmente a tiro de piedra de las mesas. Alojado en una cueva, Bientang's se asoma a la orilla rocosa de la bahía Walker y antes estaba habitado por un Koi Strandloper del mismo nombre.

Este restaurante se aferra a una roca en la playa de Michamvi Pingwe, en Unguja, parte del archipiélago de Zanzíbar. La Roca -a la que se llega remando o, con marea alta, dando un corto paseo en barco- está situada en lo que fue un puesto de pescadores y ahora solo tiene una docena de mesas protegidas por un techo de hojas de palmera. El menú, repleto de marisco y salpicado de sabrosos sabores locales, es el complemento perfecto para las vistas del océano Índico.

Los comensales pueden relajarse de verdad en este paraíso helado de Dubai, el primero de su clase en Oriente Medio. Los clientes pueden relajarse en sillas de hielo a unos 6 grados bajo cero. Pero no te preocupes: a tu llegada te darán una parka con capucha y guantes, zapatos y calcetines de lana, y también pasarás unos minutos en una zona de amortiguación para ayudarte a aclimatarte. La entrada es de pago y los platos del menú, que consiste en bocadillos, sopas y chocolate caliente, tienen un coste adicional.

¿Te apetece cenar en un retrete? La sucursal original de The Attendant en Fitzrovia, Londres, se encuentra en un antiguo edificio victoriano de aseos públicos. Afortunadamente, el espacio ha sido restaurado con mucho gusto, resaltando algunas de sus características originales para que los clientes puedan tomar su dosis de café y pasteles de una forma poco convencional. Sin embargo, el menú no es demasiado inusual, ya que ofrecen desayuno, brunch y comida todos los días, así como bebidas y aperitivos para llevar.

Si lo tuyo es la historia, haz un viaje a Kenia y rebobina un par de cientos de siglos en el Restaurante Cueva de Ali Barbour. El mágico lugar está situado a 35 km al sur de Mombasa, escondido dentro de una cueva de coral que se cree que tiene hasta 180.000 años de antigüedad. Los agujeros naturales del techo de la cueva te permiten cenar bajo las estrellas platos de origen local, como ostras frescas de Kilifi y cangrejo con chile.

Para llegar a este restaurante de Koh Kood, en la costa sureste de Tailandia, hay que tomar un vuelo de 90 minutos desde el aeropuerto de Bangkok hasta una isla aeroportuaria privada propiedad del complejo turístico Soneva Kiri, donde se encuentran las cabañas arbóreas para comer. Incluso entonces hay que hacer un viaje en lancha rápida para llegar al propio complejo, por lo que, naturalmente, la mayoría de la gente se queda a dormir. Merece la pena la caminata; los comensales están acurrucados en sus propias vainas de bambú, que cuelgan entre los árboles con vistas a la bahía, mientras el personal de servicio entrega los platos tradicionales tailandeses a través de una tirolina.

La lavandería-restaurante Harvey Washbangers ha encontrado la solución para ahorrar tiempo lavando la ropa. Dirígete al restaurante y carga la lavadora, luego pide un plato de comida mientras esperas. Este lugar es conocido por sus hamburguesas con chorizo, sabores cajún o crema de queso con jalapeños. No tienes que preocuparte por tu ropa: un sistema de luces situado en la barra te avisará cuando hayas terminado de lavarla.

Cena bajo el mar en este peculiar restaurante. Situado en el complejo turístico Conrad Maldives Rangali Island, Ithaa se encuentra a 4,9 metros por debajo del nivel del mar y ofrece a los clientes vistas panorámicas del océano: piensa que el submarinismo se une a la buena mesa sin riesgo de mojarte. El restaurante solo para adultos ofrece una selección de menús de almuerzo y cena.

Esculpido en rocas calizas y con vistas al mar Adriático, el Ristorante Grotta Palazzese parece sacado de un cuento de hadas. Impregnado de historia -supuestamente celebró banquetes para los nobles locales ya en el siglo XVIII-, el restaurante de la cueva abre de mayo a octubre para que puedas disfrutar de la cálida brisa veraniega. El menú cambia con las estaciones, pero te esperan platos italianos, como marisco y pasta, muy bien elaborados.

Cena bajo las estrellas y empápate de la mágica atmósfera del interior de Australia con esta experiencia de cuatro horas. Situado en lo alto de una duna con vistas al Parque Nacional de Uluru-Kata Tjuta, este restaurante al aire libre es realmente impresionante. Los huéspedes contemplan la puesta de sol mientras disfrutan de bebidas y canapés, antes de degustar un bufé inspirado en el bush tucker y escuchar una actuación de didgeridoo en directo. Sounds of Silence también incluye una visita guiada al cielo nocturno.

Sube a bordo de este Boeing KC-97 de los años 50 para vivir una experiencia gastronómica rica en historia. Creado en 2002, este llamativo restaurante ofrece un viaje a través de la historia de la aviación: date un festín con hamburguesas teriyaki, quesadillas de pollo y gambas fritas mientras te maravillas con los cientos de fotos y artefactos raros expuestos.

Los que anhelan una misión real a Marte pueden conseguir su dosis por cortesía de Stellar, en París. Este restaurante de inspiración intergaláctica trae a la Tierra la magia y el asombro del espacio, con lluvias de estrellas, primeros planos de la luna y sensacionales espectáculos solares. La comida es igualmente memorable, con un montón de platos de influencia global (por ejemplo, berenjenas al miso, ceviche de besugo y hamburguesas).

Es fácil ver por qué Prime es el restaurante mejor valorado de Niágara. Con las vistas más impresionantes de las cataratas del Niágara, este restaurante de alta cocina sirve fantásticos filetes y apetitoso marisco. Situado dentro del hotel Crowne Plaza, Prime también ofrece un menú de cuatro platos que incluye bisque de langosta, raviolis de setas y pudin de caramelo pegajoso.

Supperclub.tube, el único vagón de metro de Londres en el que se puede cenar, exhibe en todo su esplendor un antiguo vagón de metro de la línea Victoria de 1967, con la ventaja añadida de que permite a los clientes comer a bordo. Situado en Walthamstow Pump House, el vagón tiene capacidad para 35 comensales y ofrece un impresionante menú degustación de seis platos de cocina de inspiración colombiana.

Oculto en el interior del futurista centro de experiencias Ojo de Salmón, Iris es un restaurante de alta gama que flota literalmente en medio del fiordo de Hardanger, en Noruega. Rodeado de impresionantes montañas y glaciares, el orbe plateado se inauguró en 2022 para enseñar a los visitantes la vida marina. El restaurante se inauguró un año después y sigue asombrando a los clientes. Dirigido por la chef danesa Anika Madsen, conocida por su compromiso con la sostenibilidad y el uso de ingredientes oceánicos inusuales, Iris ofrece una "experiencia gastronómica de expedición", que incluye un menú degustación de varios platos, un viaje panorámico en barco desde tierra firme y una parada en la isla de Sniltsveitøy.

Llevando el sabor de Tailandia a Nueva York, los comensales pueden embarcarse en un viaje por Bangkok gracias a esta experiencia multisensorial. Los comensales suben a bordo de un restaurante tipo autobús, donde se proyecta a su alrededor una tecnología de vídeo inmersiva de la capital tailandesa mientras disfrutan de un menú degustación de 10 platos que muestra los sabores e ingredientes por los que Tailandia es famosa.

Si quieres disfrutar de una experiencia gastronómica realmente refrescante, no busques más que el Restaurante Cascada Labasin, en el complejo Villa Escudero de Filipinas. Situado justo al lado de las cataratas artificiales Labasin, el restaurante tiene largas mesas de bambú donde los huéspedes cenan un bufé filipino al estilo kamayan de pescado, arroz, pollo a la barbacoa y plátanos, que tradicionalmente se comen con la mano.

Si quieres vivir una experiencia gastronómica llena de emoción, dirígete al Restaurante Montaña Rusa, que cuenta con varias ubicaciones, como Hamburgo, Viena, Abu Dhabi y el parque temático Alton Towers del Reino Unido. Los clientes hacen sus pedidos en tabletas, se relajan y esperan a que les sirvan la comida en una cinta transportadora estilo montaña rusa. Los menús incluyen platos populares como pollo asado con patatas fritas y ensalada de col, pasta carbonara y hamburguesas con queso.

Este restaurante semisumergido en el Océano Atlántico Norte es una experiencia atmosférica. Los clientes de Under están expuestos a los mares salvajes y a la vida acuática de Noruega, mientras que la cuidada arquitectura está diseñada para actuar como un arrecife artificial que atrae lapas, algas y otras formas de vida marina. También es el restaurante submarino más grande del mundo, con 495 metros cuadrados, y se sumerge hasta 5,5 metros bajo la superficie del agua, con el aspecto de un elegante y minimalista barco volcado. Abrió sus puertas en 2019 y rápidamente obtuvo una estrella Michelin por su menú degustación de marisco local, aves marinas y carnes salvajes.

Lo que hace especial a este restaurante es su singular método de cocción: los chefs de El Diablo asan la carne y el pescado a la perfección utilizando el calor de un volcán. Se ha colocado una parrilla gigante sobre una abertura en la que, a solo 1,8 m por debajo, la lava burbujea a 400 °C. Si te preocupa que algún estruendo subterráneo interrumpa tu cena, no te preocupes: el volcán inactivo ha estado borboteando pacíficamente bajo la superficie desde su última erupción allá por 1824.

Si no te gustan las alturas, puede que Cena en el Cielo no sea para ti. Los comensales están atados a una mesa sujeta a una grúa, elevada unos 30,5 m, una experiencia gastronómica no apta para pusilánimes. Originario de Bélgica, este restaurante móvil a gran altura se ha extendido por todo el mundo, desde Australia a Sudáfrica, con chefs invitados que elaboran diferentes menús.

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