El ranking de los 31 pasteles más deliciosos de Europa que TIENES que probar: Hay dos españoles
La crème de la crème de las tartas

El amor europeo por los pasteles es una historia tan antigua como el tiempo. Desde las tartas caseras hasta los mejores productos de pastelería, cada nación tiene sus propios dulces clásicos, muchos de los cuales son tan irresistiblemente sabrosos que se han hecho populares en todo el mundo. Para demostrar lo buena que es la selección de pasteles del continente, hemos reunido lo mejor de lo mejor.
Haz clic o desplázate por nuestra galería para descubrir los mejores pasteles de Europa, con una cuenta atrás hasta llegar al más delicioso de todos.
Hemos basado nuestra clasificación en la popularidad y el significado cultural de cada pastel en su lugar de origen y más allá, y en las opiniones de nuestro viajado (y bien alimentado) equipo. La lista es inevitablemente subjetiva.
Adaptado al español por Alba Mora Antoja, Redactora en Español para loveFOOD.
31. Tarta de Santiago, España

Esta tarta de almendra gallega está decorada con la cruz de Santiago, uno de los símbolos más reconocibles de la ciudad española. Se remonta al siglo XVI, cuando solo los ricos podían permitirse comprar almendras. Sin embargo, se popularizó entre la población en general cientos de años después, en el siglo XX, cuando las almendras eran más asequibles. El primero en estampar la cruz de Santiago en este pastel icónico fue un restaurador, José Mora Soto, que añadió la floritura hacia 1924.
30. Misérable, Bélgica

Puede que el nombre signifique “miserable”, pero no es indicativo de lo que se siente al comerlo. Esta delicia belga consta de dos capas de bizcocho Joconde (un esponjoso bizcocho de almendra) intercaladas con una crema de mantequilla francesa. La crema de mantequilla está hecha de sirope de azúcar de vainilla y yema de huevo, lo que le da una textura sedosa, casi como un flan preparado. En los años veinte, el pastelero Pierre Gaelens llevó la receta del pastel de Bruselas a la ciudad de Knokke y empezó a vender su propia versión en su pastelería. Le puso el nombre por Los miserables, la novela de Victor Hugo que se convirtió en un musical de gran éxito.
29. Kladdkaka, Suecia

El pastel de chocolate pegajoso kladdkaka se puede encontrar en las tiendas IKEA de todo el mundo, pero también es sorprendentemente fácil de hacer en casa. La falta de harina en la masa, junto con un breve tiempo de cocción, le confieren su característica viscosidad. Hay dos teorías sobre cómo se inventó la kladdkaka. O se trajo a Suecia desde París en los años sesenta, o surgió accidentalmente cuando una mujer intentó recrear una receta americana de brownie en 1938. No tenía acceso a la levadura en polvo, y el resultado fue un pastel más denso y pegajoso.
28. Zuger Kirschtorte, Suiza

La Zuger Kirschtorte fue inventada en 1915 por Heinrich Höhn, un pastelero que tenía una panadería en la ciudad suiza de Zug. El pastel lleva capas de merengue de nueces, bizcocho, crema de mantequilla y kirsch (un tipo de aguardiente de cerezas) que se utiliza para añadir un sabor afrutado. Después de que Höhn traspasara su negocio a Jacques Treichler, la popularidad de la Zuger Kirschtorte empezó a despegar de verdad. De hecho, empezó a atraer a admiradores famosos, como los actores Charlie Chaplin y Audrey Hepburn. Hoy existe incluso un museo dedicado a este querido pastel suizo.
27. Tarta San Marcos, España

La historia de la tarta San Marcos se remonta al siglo XII, cuando se horneó para la infanta Sancha Raimúndez de León en su visita al Convento de San Marcos. La infanta ayudó a financiar la construcción del convento, dedicado a los peregrinos que hacían el camino de Santiago. Para hacer el pastel, se hornea un bizcocho Génoise, se empapa con almíbar y luego se le pone una capa de relleno de crema de cacao, nata montada y una crema de yema de huevo.
26. Šakotis, Bielorrusia, Lituania y Polonia

A diferencia de los pasteles que simplemente se hornean en un molde, el šakotis (conocido como sękacz en Polonia y bankukha en Bielorrusia) es un pastel que se hace vertiendo la masa sobre un asador giratorio. A medida que el espetón gira, ya sea en el horno o sobre el fuego, se van añadiendo capas para dar al pastel su característica forma de árbol. Pariente de la torta árbol alemana, se hizo popular en la antigua Commonwealth polaco-lituana en el siglo XIX. En Lituania, aparece regularmente en bodas y otras ocasiones especiales.
25. Kransekake, Dinamarca y Noruega

El kransekake o kransekage (pastel en forma de corona) es un espectáculo escandinavo que ocupa el centro del escenario en bodas, Navidad y otros acontecimientos especiales. Para hacerlo, se cuece una masa hecha de almendras molidas, azúcar y claras de huevo en moldes especiales con forma de anillo, y luego se apilan para formar una torre. Se utiliza glasa para decorar los anillos, y a veces se usa para pegarlos mientras se apilan. Dependiendo de la ocasión, se pueden añadir a la torre otros adornos, como espumillón o banderines.
24. Princesstårta, Suecia

Con su cúpula verde brillante, el princesstårta (“tarta princesa”) es uno de los pasteles más llamativos que existen. Bajo la colorida capa de mazapán, encontrarás capas de bizcocho y crema pastelera cubiertas de nata montada. Los orígenes del pastel se remontan al siglo XIX. Sin embargo, el princesstårta tal como lo conocemos hoy apareció por primera vez en Prinsessornas kokbok en 1948. El libro fue compilado por la profesora de economía doméstica Jenny Åkerström, entre cuyas alumnas estaban las princesas suecas Margarita, Märtha y Astrid.
23. Tronco de Navidad, Francia

El tronco de Navidad es un impresionante centro de mesa navideño. Inspirado en el tradicional tronco de Yule, que se quemaba en invierno en países de toda Europa como símbolo de luz (e incluso se utilizaba para predecir el futuro), el pastel procede probablemente de Francia. Se cuenta que un pastelero parisino lo preparó por primera vez en la década de 1870. Se elabora rellenando un fino bizcocho con nata, enrollándolo después y decorándolo para que parezca un tronco, y tradicionalmente se aromatiza con chocolate. Sin embargo, hoy en día puedes encontrar muchas variantes de la receta clásica, como caramelo salado, castañas, café y rosas.
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22. Torta Dobos, Hungría

Muchas capas caracterizan esta tarta húngara, rellena de crema de mantequilla de chocolate y coronada con una brillante capa de caramelo. La torta Dobos debe su nombre a József C. Dobos, el cocinero que la inventó en la década de 1880. La llevó a la Exposición General Nacional de Budapest en 1885, donde el emperador Francisco José I y la emperatriz Isabel de Austria-Hungría fueron de los primeros en probarla. Pronto se hizo popular no solo en Hungría, sino en toda Europa. El pastel tradicional debe tener cinco capas de bizcocho, todas horneadas individualmente en vez de cortadas de pasteles más grandes.
21. Reforma torta, Serbia

El bizcocho de nueces y un cremoso relleno de chocolate se superponen para crear este indulgente pastel serbio. Se cree que se inventó durante un periodo de reforma comunista tras la Segunda Guerra Mundial, cuando abundaban los ingredientes y la gente podía permitirse usar cosas como huevos, azúcar y chocolate para hacer postres. Se utilizan muchas claras de huevo para hacer el bizcocho de nueces y el relleno esponjoso, lo que da como resultado un pastel dulce y rico, pero que se deshace en la boca.
20. Fraisier, Francia

El fraisier, un pastel cuyos orígenes se remontan a la corte francesa del siglo XVI, se prepara mejor en plena temporada de fresas, cuando las frutas están más sabrosas. Las fresas frescas constituyen una atractiva decoración de la tarta. Suelen cortarse por la mitad y colocarse con el lado cortado hacia fuera en un anillo, sujetas por crema pastelera o crema muselina. El pastel se cubre y se rellena con dos capas de esponjoso bizcocho Génoise, y a menudo se termina con más fresas y azúcar glas.
19. Amandine, Rumanía

Si entras en cualquiera de los cofetarii (tiendas de dulces) tradicionales de Rumanía, seguro que ves estos pastelitos de chocolate en capas. El amandine es el sueño de cualquier chocolatero: el bizcocho de chocolate se empapa en sirope de ron, se cubre con crema de mantequilla de chocolate y se glasea con más chocolate. Un remolino de crema de chocolate y un fino trozo de chocolate ponen la guinda al pastel. Populares desde la década de los sesenta, son de obligada degustación en Rumanía.
18. Barmbrack, Irlanda

El barmbrack es un pastel irlandés que tradicionalmente se come en ocasiones especiales, sobre todo en Halloween. Antiguamente, solía leudarse con levadura, lo que lo hacía más parecido al pan. Sin embargo, hoy en día, este pastel de frutas suele hacerse con levadura en polvo. Está repleto de frutos secos y aromatizado con té negro y especias calientes (como canela y nuez moscada), lo que lo hace perfecto para los oscuros otoños e inviernos irlandeses. Tradicionalmente, se añadían amuletos al barmbrack antes de hornearlo, y si encontrabas uno en tu rebanada, se decía que traía fortuna.
17. Rigójancsi, Hungría

Rico y achocolatado, este pastel clásico húngaro tiene una historia de amor detrás. Debe su nombre al violinista romaní húngaro Rigójancsi, en honor a su romance con la socialité estadounidense Clara Ward. La pareja se conoció cuando Ward estaba casada con un aristócrata belga, y pronto se fugaron. Con capas de bizcocho de chocolate y abundante crema de chocolate (que puede estar aromatizada con ron o vainilla), la tarta se termina con una fina capa de gelatina de albaricoque y un brillante glaseado de fondant de chocolate negro.
16. Dundee cake, Escocia, Reino Unido

Picante, afrutado y rematado con una corona de almendras blanqueadas, el Dundee cake es uno de los favoritos de los escoceses. Aunque se suele preparar en Navidad, es un sabroso manjar en cualquier época del año, sobre todo si se acompaña de una buena taza de té o café. Tradicionalmente, se rellena con jugosas frutas, desde grosellas y pasas sultanas hasta dulces cerezas glacé, así como cáscaras de frutas. El Dundee cake fue producido en masa por primera vez por los fabricantes de la mermelada Keiller's, que afirma haber dado nombre al pastel.
15. Madeira cake, Inglaterra, Reino Unido

Aunque no procede de las islas portuguesas de Madeira, sino de Inglaterra, el Madeira cake recibe su nombre del lugar de una forma indirecta. Este sencillo pastel se disfrutaba tradicionalmente junto a un vaso de vino dulce de Madeira, un tipo de vino fortificado que suele servirse con el postre. La receta básica no es nada del otro mundo: solo lleva mantequilla, azúcar, huevos y harina (y a veces corteza de limón para darle un toque cítrico), lo que demuestra que las cosas más sencillas suelen ser las mejores.
14. Portokalópita, Grecia

En lugar de harina, este pastel único utiliza un ingrediente griego clásico: la pasta filo. La pasta se desmenuza y se añade al aceite, los huevos y el azúcar para formar una masa, que luego se hornea y se cubre con un sirope de canela y naranja mientras aún está caliente. Una vez frío, este pastel jugoso se disfruta mejor con una taza de café, o con una gran bola de helado al lado.
13. Bienenstich, Alemania

Bienenstich puede traducirse al español como "picadura de abeja", pero, afortunadamente, este pastel está totalmente libre de abejas. El curioso nombre de este pastel de levadura, relleno de crema de vainilla, es un misterio. Sin embargo, una historia cuenta que dos aprendices de panadero arrojaron un nido de abejas a los atacantes que se acercaban desde un pueblo vecino, y el pastel se horneó para celebrarlo. Antes de hornear la masa, se esparce en el molde una mezcla de miel (o a veces azúcar), grasa, nata y almendras. Al cocerse, se convierte en una cobertura crujiente.
12. Kvæfjordkake, Noruega

El kvæfjordkake es tan apreciado por los noruegos que a menudo se refieren a él como el mejor pastel del mundo. Es una indulgente mezcla de bizcocho de vainilla, merengue, nata montada y crema pastelera, todo coronado con almendras laminadas. El pastel se creó en los años treinta en un café de Harstad, regentado por dos hermanas de Kvæfjord. Procedía de una receta danesa, modificada para reducir la cantidad de almendras necesarias y hacerla más asequible.
11. Pastel de jengibre jamaicano, Reino Unido

Inspirado en los sabores jamaicanos e inventado en el Reino Unido, este pastel oscuro y pegajoso con especias es más famoso fabricado por la marca británica McVitie's. Sin embargo, la historia del pastel empezó mucho antes de que se vendiera comercialmente. El jengibre, el azúcar de caña y la melaza llegaron al Reino Unido desde Jamaica a partir del siglo XVI, dando a los pasteleros británicos acceso a nuevos ingredientes. El jengibre se utilizó primero con fines medicinales, pero pronto todo el mundo se dio cuenta de lo bien que sabía en un pastel.
10. Medovík, Rusia

Puede que te lleve tiempo preparar las numerosas capas de este pastel de miel ruso, pero el esfuerzo merece la pena. Supuestamente inventado en el siglo XIX (pero posiblemente no hasta mucho después), la historia cuenta que el pastel fue horneado para la emperatriz Isabel, esposa de Alejandro I, por un panadero que ignoraba que a ella no le gustaba la miel. Por suerte, no tenía ni idea de lo que contenía, y el pastel (con sus capas de bizcocho con sabor a miel y crema agria azucarada) fue un éxito.
9. Battenberg cake, Inglaterra, Reino Unido

El Battenberg cake es instantáneamente reconocible para la mayoría de los británicos. Su diseño a cuadros rosas y amarillos es todo un icono, y los sabores de la gelatina de albaricoque (que se utiliza para unir las secciones de bizcocho Génoise) y la cobertura de mazapán proporcionan un golpe instantáneo de nostalgia. Se dice que este pastel se inventó para celebrar la boda en 1884 del príncipe Luis de Battenberg con la princesa Victoria, nieta de la reina Victoria. Aunque hoy en día suele tener cuatro cuadrados de colores, en algunas recetas antiguas la tarta tenía hasta 25.
8. Tarta Sacher, Austria

La refinada tarta Sacher, que a menudo lleva su nombre en la parte superior, surgió al parecer por una afortunada serie de acontecimientos. Se dice que, en 1832, el jefe de cocina del canciller austriaco, el príncipe Metternich, cayó enfermo y dejó a su aprendiz de 16 años, Franz Sacher, la tarea de inventar una tarta que impresionara al canciller y a sus invitados. El ingenioso joven creó una confección de rico bizcocho de chocolate con capas de gelatina de albaricoque y acabado con un brillante glaseado de espejo. El pastel no solo impresionó a la fiesta a la que iba destinado, sino que pronto se ganó una legión de admiradores.
7. Tarta ópera, Francia

Capas de bizcocho de almendra se empapan en sirope de café, ganache de chocolate y crema de mantequilla aromatizada con café o licor de naranja, y luego se cubren con un suave glaseado de chocolate para crear el famoso pastel de ópera francés. Este elaborado pastel es esencial en cualquier pastelería francesa, y se dice que sus exquisitas capas representan los niveles de un teatro de ópera. No está claro cuántos años tiene (puede haberse inventado a finales del siglo XIX o en fecha tan reciente como 1960, según teorías contrapuestas), pero no se puede negar que es un clásico.
6. Brazo de gitano, Europa Central

El brazo de gitano posiblemente tiene sus raíces en Europa Central, aunque otras teorías sugieren que incluso podría haberse inventado en Inglaterra. Puede que no sepamos exactamente de dónde procede, pero sí sabemos que es delicioso y muy versátil. Las versiones tradicionales llevan un relleno de gelatina y nata montada, pero hoy en día puedes encontrar de todo, desde opciones con chocolate y caramelo hasta pasteles rellenos de frutas exóticas.
5. Tarta de limón, Inglaterra, Reino Unido

Esta delicia de limón es una de las favoritas para el té de la tarde, y combina especialmente bien con un Earl Grey aromatizado con bergamota para darle un toque cítrico adicional. Se prepara mezclando el mismo peso de cada ingrediente, con un bizcocho aromatizado con zumo y ralladura de limón, y rociado con un pegajoso sirope de limón que le da mucha fuerza. La versión que conocemos hoy fue publicada por la escritora gastronómica Evelyn Rose, que compartió el método para la "deliciosa tarta de limón" en su colección de recetas de 1967.
4. Tarta de zanahoria, varios lugares

Algunos historiadores de la alimentación remontan la tarta de zanahoria a los puddings de zanahoria de la Edad Media, mientras que las recetas parecidas a la tarta moderna aparecieron por primera vez en la Francia y la Suiza del siglo XIX. En el Reino Unido, su popularidad creció durante la Segunda Guerra Mundial, cuando el azúcar estaba racionado y las zanahorias podían utilizarse para endulzar todo tipo de pasteles. Sea cual sea su origen, una buena tarta de zanahoria debe estar deliciosamente húmeda y cubierta de crema de queso.
3. Torta Selva Negra, Alemania

La torta Selva Negra es posiblemente el pastel más famoso de Alemania. Conocido en alemán como Schwarzwälder Krischtorte, Recibe su nombre del aguardiente de cereza kirschwasser (o simplemente kirsch), que le confiere su característico sabor a cereza ácida, y de la región alemana de la Selva Negra. Es un pastel que encontrarás en panaderías y en las cartas de cafeterías y restaurantes de todas partes. Se cree que este pastel, que también lleva bizcocho de chocolate, nata montada, cerezas al marrasquino y virutas de chocolate, podría haberse inventado en los años treinta, pero una afirmación anterior data su creación en 1915.
2. Victoria sponge, Inglaterra, Reino Unido

Hermoso en su sencillez, el Victoria sponge suele ser el primer pastel que prepara un pastelero casero. Con dos capas de bizcocho de vainilla, normalmente hecho a partes iguales de harina, huevos, azúcar y mantequilla, se suele rellenar con gelatina de fresa o frambuesa (aunque también se suele añadir nata o crema de mantequilla), y se espolvorea con azúcar glas. Debe su nombre a la reina Victoria, y se cree que era su pastel favorito. Posiblemente se hizo primero para los niños de la guardería real, antes de convertirse en una merienda para adultos.
1. Pastel de chocolate, varios lugares

El cacao procede de Sudamérica y los pasteles de chocolate se pueden encontrar en todo el mundo, pero sus orígenes se encuentran en Europa. Muchos fueron posibles gracias a que el chocolatero Coenraad van Houten inventó en 1828 en Holanda el chocolate procesado holandés, una forma en polvo que podía utilizarse para hornear. El primer polvo de hornear comercial lo inventó Alfred Bird en Inglaterra en 1843. En la década de 1890, el farmacéutico alemán Dr. Oetker empezó a comercializar polvo de hornear en el mercado nacional. Estos avances contribuyeron a la invención de los pasteles de chocolate contemporáneos que hoy conocemos y amamos.
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