32 trucos y recetas geniales para hacer sándwiches y bocadillos SENSACIONALES
Sándwiches de otro nivel

No hay nada como hincarle el diente a un sándwich realmente bueno. Pero, ¿estás sacando el máximo partido a las creaciones que comes en casa? Aquí analizamos los errores más comunes que comete la gente al preparar sándwiches, desde el pan empapado y cubierto de salsa hasta el exceso de ingredientes, y revelamos nuestros mejores consejos para conseguir un bocado perfectamente equilibrado.
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Hemos basado nuestra clasificación en las opiniones de nuestro equipo, que ha viajado mucho (y comido mucho). Esta lista es inevitablemente subjetiva.
Adaptado al español por Ana Sabin Paz, redactora en español para loveFOOD.
32. Pica los ingredientes

Las grandes lonchas de embutidos y los trozos de queso fresco siempre están deliciosos, pero a veces estos ingredientes más grandes pueden caerse de un sándwich u ocupar todo el espacio. Para evitar estas situaciones tristes, intenta desmenuzar o picar los elementos de tu sándwich (excluyendo el pan) en una pila similar a una ensalada de col. Cuando los coloques en un sándwich, ofrecerán la combinación perfecta de textura y sabor en cada bocado.
31. Hornea tu sándwich

Hay que admitir que este truco le quita al sándwich su atractivo de no necesitar cocción ni complicaciones, pero puede que valga la pena ese poco de tiempo extra. Envuelve bien el sándwich terminado en papel de aluminio y mételo en el horno a baja temperatura durante 10-15 minutos justo antes de comerlo. Esto calentará todo y hará que los sabores fluyan sin quemar ni dañar la integridad de tu sándwich. Pruébalo.
30. Quita las cortezas correctamente

¿Vas a servirles un sándwich a los niños? Quitarles la corteza es la mejor manera de que se lo coman. Pero no utilces el cuchillo de pan; usa un cortapizzas. Esta ingeniosa herramienta te permitirá quitar la corteza rápidamente, sin que se derrame demasiado del relleno, tanto si estás haciendo un tostado de queso fundido como un clásico sándwich de mermelada.
29. Usa las sobras

Lo mejor de preparar una gran cantidad de comida son a menudo las sobras, y por suerte para los amantes de los sándwiches, casi cualquier cosa puede meterse entre dos rebanadas de pan. ¿Te sobran macarrones con queso? Úsalos para hacer un suntuoso sándwich de queso. ¿Te sobra la mezcla para fajitas? Ponla en capas en un sándwich con salsa y crema agria. ¿Te sobran albóndigas? Crea el sándwich supremo. Las posibilidades son prácticamente infinitas.
28. Experimenta con alternativas dulces

La mantequilla de cacahuete y la mermelada pueden tener un toque dulce y salado, pero aparte de eso, la mayoría de los sándwiches suelen estar rellenos de ingredientes puramente salados. Nosotros pedimos que se cambie el chip. Puedes preparar un montón de sándwiches de desayuno deliciosamente dulces, como el panini de tarta de manzana, las creaciones de Nutella y plátano y los sándwiches de fruta y nata de inspiración japonesa.
27. Sé creativo con los niños quisquillosos

A veces, las cosas más simples marcan la diferencia para los niños más exigentes. Así que, tanto si te cuesta que tu pequeño coma la merienda que le has preparado como si simplemente estás buscando una idea bonita para una próxima fiesta de cumpleaños, merece la pena que desentierres esos moldes para galletas que tienes guardados en los cajones de la cocina. De esta manera, podrás crear diseños únicos para sándwiches de todo tipo de formas y tamaños, desde bocados con forma de hombre de jengibre hasta creaciones con forma de estrella.
26. Prepárate con antelación

La preparación es clave a la hora de crear un buen sándwich para el almuerzo. Si no tienes tiempo para hacer sándwiches todas las mañanas, prepara sándwiches para toda la semana el domingo por la noche y congélalos en bolsas de plástico o film transparente. Todo lo que tienes que hacer es sacar uno del congelador cada mañana; para la hora del almuerzo, el sándwich se habrá descongelado.
25. Usa mayonesa para los sándwiches tostados

Los sándwiches tostados suelen untarse con mantequilla por fuera, lo que hace que el pan adquiera un apetitoso color dorado al asarlo. Sin embargo, si te apetece cambiar (y añadir un sabor deliciosamente ácido mientras lo haces), cámbiala por mayonesa. El uso de mayonesa también ayudará a acelerar el proceso de cocción, ya que tiene un punto de humo más alto que la mantequilla.
24. Un corte no tan profundo

¿Quieres evitar que las albóndigas salgan volando de tu sándwich o que la lechuga se caiga de tu baguette? Corta el pan a lo largo como de costumbre, pero solo hasta tres cuartos. De esta manera, podrás rellenar tu sándwich a tu gusto, sin consecuencias desagradables.
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23. Corta tu propio pan

No nos malinterpretes: el pan de molde es genial. Pero si quieres hacer un sándwich de otro nivel, tienes que controlar todos los elementos de su elaboración. Así que compra la barra de pan de mejor calidad que puedas permitirte y empieza a practicar tus habilidades para cortar pan. La mayoría de los sándwiches se pueden mejorar con rebanadas de pan de tamaño adecuado, ¡solo asegúrate de que no sean demasiado grandes para tu boca!
22. No te excedas con las cremas para untar ricas en calorías

La mayonesa puede ser deliciosa, pero si quieres una alternativa más saludable (o simplemente quieres reducir las calorías), cambia al yogur griego bajo en grasa, que tiene la misma consistencia cremosa. ¿Quieres añadir un poco más de verduras y beneficios a tu sándwich? Prepara un sencillo puré de aguacate o guisantes aromatizado con sal, zumo de limón y menta fresca.
21. Ordena los rellenos

Tanto si estás preparando un té de la tarde en casa como si quieres mejorar tu almuerzo para llevar, considera la posibilidad de ordenar tus sándwiches. Si utilizas lonchas de fiambre, aquí tienes un truco fácil: dobla una loncha por la mitad, luego por la mitad de nuevo para hacer un cuarto de círculo, y luego coloca la punta de la carne en la esquina del pan con mantequilla. Repite hasta que el pan esté cubierto (deberían bastar dos o cuatro trozos de carne). Cortar otros ingredientes como lechuga o queso a medida también ayudará a mantener tus sándwiches bonitos y ordenados.
20. Tuesta el interior del pan

Muchas personas tostarán el exterior del pan cuando preparen un sándwich, pero hay que decir que tostar el interior del pan es la opción más inteligente. Piénsalo: tener un interior crujiente evita que el pan se empape y reduce el riesgo de que te raspes el interior de la boca. Podría ser tu próximo paso hacia el nirvana de los sándwiches.
19. Conserva los sándwiches correctamente

¿Cansado de encontrar sándwiches secos y ligeramente rancios en tu fiambrera? Este es el truco para ti. Cuando prepares tus sándwiches para el día siguiente, ponlos en un recipiente hermético, cúbrelos con papel de hornear, luego coloca un trozo de papel de cocina húmedo encima antes de cerrar la tapa. Mantén tus sándwiches en el refrigerador hasta dos horas antes del almuerzo.
18. Envuelve las tortillas bien apretadas

Cambia las rebanadas de pan por tortillas y descubrirás un mundo completamente nuevo de posibilidades para los sándwiches. Sin embargo, querrás preparar tus wraps de antemano para evitar que se agrieten o se rompan. Para evitar que una tortilla se deshaga, simplemente caliéntala en el microondas (o colócala en una sartén caliente durante unos segundos), dándole la vuelta a mitad de camino para que ambos lados se calienten por completo. Añade el relleno y monta rápido: el calor ayudará a que el wrap se pegue más fácilmente.
17. Lava las verduras

Es un paso fácil de omitir, pero refrescar las verduras en agua fría podría marcar la diferencia en tu próximo sándwich épico. Con solo enjuagar la lechuga o los tomates en agua fría durante unos 10 segundos, las verduras se reafirman y adquieren un poco de ese mordisco que tanto se necesita. Sécalas con un paño de cocina o déjalas a un lado si no tienes prisa; luego, maravíllate de lo mucho mejor que saben entre dos rebanadas de pan.
16. Experimenta con la textura

No hay nada peor que derrochar en lonchas recién cortadas de fiambre, quesos sabrosos y tomates de la huerta, solo para que tu sándwich acabe sin nada crujiente. Para un sándwich bien equilibrado, asegúrate de experimentar con texturas, añadiendo ingredientes que complementen la proteína que elijas. Las posibilidades sabrosas incluyen pepinillos cortados en forma de arruga, cebollas crujientes y capas de patatas fritas saladas.
15. Usa la tostadora con inteligencia

Empezar con pan demasiado tostado nunca da como resultado un sándwich estelar. Si estás haciendo un sándwich club (o simplemente quieres añadir un poco de crujiente extra al sándwich de tu elección) pero no quieres que tu creación se convierta en una pila seca, tuesta dos rebanadas de pan en una ranura de la tostadora. Un lado del pan quedará deliciosamente tostado, mientras que el otro permanecerá agradable y suave. Consejo: sirve el sándwich mientras aún esté caliente para obtener los resultados más sabrosos.
14. Sazón, sazón, sazón

Al igual que una buena salsa para pasta necesita condimentos cuando se cocina, un sándwich realmente se beneficiará de un toque de sal y pimienta. Es una de las formas más fáciles de mejorar tu bocado de pan. Recomendamos espolvorear generosamente verduras como rodajas de tomate, aguacate y pepino antes de comer.
13. Mezcla todo

Todos tenemos un sándwich favorito al que volvemos una y otra vez, pero a veces mezclar las cosas puede suponer un cambio bienvenido. Cada país, e incluso cada región, tiene un sándwich cargado de carbohidratos, lleno de sabor y, lo más importante, delicioso. Sal de tu zona de confort y prueba a hacer el fischbrötchen alemán, con arenque, cebolla, pepinillos y rábano picante, o sé creativo con un vada pav al estilo indio: un buñuelo de patata con especias aromáticas en un panecillo suave.
12. Usa mantequilla compuesta

La mantequilla compuesta tiene el poder de mejorar realmente un sándwich de queso fundido (así como muchos otros platos). También es fácil de hacer y personalizar. Simplemente ablanda un poco de mantequilla (déjala a temperatura ambiente durante un par de horas) y luego mézclala con los aromatizantes que desees: pimentón ahumado, ajo, miel, salsa picante, hierbas, trufa. El mundo está a tus pies.
11. Tiras de beicon enrejadas

¿Te encanta este sándwich, pero detestas que el beicon se salga por los lados antes de que le des un mordisco? Aquí tienes una solución fácil. Toma tiras de beicon entreverado, trénzalas en forma de celosía y luego hornéalas o ásalas hasta que queden crujientes al gusto. Coloca la celosía de beicon sobre el pan cubierto con una cama de lechuga, luego añade mayonesa y tomate aliñado antes de zambullirte.
10. Corta en diagonal, no a lo ancho.

Muchos de nosotros cortamos nuestros sándwiches a lo ancho, formando dos rectángulos. Sin embargo, los sándwiches en diagonal no solo son más atractivos visualmente, sino que sus puntas son mejores para mojar en salsas, sopas y otros condimentos. Además, los sándwiches en diagonal ofrecen una mayor área de mordida sin corteza. ¡Es matemática simple, de verdad!
9. Usa el pan adecuado

¿Sabías que algunos panes son más adecuados para ciertos rellenos de sándwich? Los panes con sabor, como el centeno o el pumpernickel, necesitan un relleno con mucho sabor, como carne curada o queso fuerte; los bagels masticables y los muffins ingleses son perfectos con productos para el desayuno, como huevos y salmón ahumado; el pan blanco o integral en rebanadas es mejor para rellenos suaves de queso y carne o mantequilla de cacahuete y mermelada; y los panes planos y wraps resistentes se pueden rellenar con ingredientes más densos (piensa en burritos de carne y arroz y en pitas de cuscús y verduras asadas).
8. Añade los condimentos más tarde

Si vas a preparar sándwiches con antelación, es mejor no añadir las salsas demasiado pronto, o te quedarás con un lío empapado. En su lugar, pon el condimento que elijas en una botellita y guárdalo en tu fiambrera, o ten a mano una selección de sobres de salsa para usarlos cuando sea necesario.
7. Corta el pan con cuidado

¿Quieres evitar aplastar el pan al cortarlo? La respuesta es sencilla: en lugar de cortar la parte superior crujiente del pan, dale la vuelta y corta la parte inferior blanda. De esta manera, no aplastarás el pan al cortar una rebanada.
6. Elige el queso adecuado

Vale la pena recordar que no todos los quesos funcionan en un sándwich de queso: debes elegir los tipos con el factor de exudación definitivo. Así que despídete de los quesos desmenuzables como el feta y de los que no se derriten bien, como el halloumi. En su lugar, cámbialos por quesos duros como el cheddar o el Monterey Jack, quesos procesados como el queso americano o incluso quesos jóvenes como la mozzarella cremosa.
5. Absorbe el exceso de humedad

A nadie le gusta un sándwich empapado. Para limitar la filtración de jugo de verduras, coloca rodajas de tomate, lechuga lavada o pepino entre dos trozos de papel de cocina durante 5 minutos antes de añadirlos a un sándwich; esto ayudará a eliminar el exceso de humedad. También es una buena idea untar primero el pan con algún tipo de grasa, como mantequilla, queso o mayonesa; actuará como barrera contra los ingredientes más empapados.
4. Capas con amor

¿Cuántas veces has dado un bocado a un sándwich y el contenido se ha empezado a caer? Para evitar que esto suceda, coloca los ingredientes más pesados en la parte inferior y los más ligeros en la parte superior. Empieza con las proteínas pesadas (como las lonchas de pechuga de pollo o el roast beef), luego añade el queso y las verduras, y por último una salsa llena de sabor. No podemos prometer que no se escape una rebanada de tomate, pero sin duda ayudará a equilibrar las cosas.
3. Dale sabor a tu pan

Tostar el pan en una sartén es la forma más fácil de añadir una textura crujiente a tu almuerzo, pero también puedes añadir una capa extra de sabor al mismo tiempo. Primero, calienta la sartén con aceite o mantequilla y añade algunas especias: chile, pimentón, zumaque, ajo, lo que quieras. Cuando esté bien caliente, tuesta el pan a la perfección para conseguir un toque picante y crujiente.
2. La barrera de la mantequilla de cacahuete

Los sándwiches de mantequilla de cacahuete y mermelada son una parte muy apreciada de las comidas para llevar en algunos lugares de EE. UU., pero a veces la combinación puede dar lugar a un sándwich triste y empapado. El problema suele ser que la mermelada se filtra en el pan y lo ablanda. Una solución rápida es untar una fina capa de mantequilla de cacahuete en la mitad de mermelada antes de añadir la conserva deseada. La mantequilla de cacahuete actuará como barrera entre el pan y la mermelada y fortalecerá tu sándwich favorito.
1. Con moderación en el relleno

Cuando estás preparando tu sándwich favorito, es fácil exagerar con los rellenos sin pensar en cómo vas a morderlo. En su lugar, piensa detenidamente en qué sabores e ingredientes quieres que se noten más y construye tu sándwich a partir de ahí. Si quieres una gran montaña de almuerzo, evita que los alimentos se deslicen colocando ingredientes resbaladizos (como aguacate, pepino y tomate) entre los alimentos "estables", como verduras de hoja verde, queso crema y mantequilla de cacahuete. Y ten siempre a mano una servilleta, por si acaso se desborda.
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