¿A quién no le gusta la pasta con una rica y cremosa salsa de queso? Añadirle un topping crujiente es el acompañamiento perfecto, pero hay muchas formas de transformar los macarrones con queso en un plato principal realmente emocionante.

Ya sea que con sabrosas adiciones como chorizo o langosta o usando macarrones con queso para acompañar a hamburguesas, pizzas y sándwiches, hay una receta para todos los gustos. Nuestra colección de ideas y trucos imprescindibles hará de los macarrones con queso tu nuevo plato favorito.

Haz clic o desplázate por nuestra galería para descubrir cómo transformar unos simples macarrones con queso en algo realmente especial en una cuenta atrás para llegar a la receta más deliciosa de todas.

Adaptado al español por Alba Mora Antoja, Redactora en Español para loveFOOD.

Esta fantástica receta fantástica te permitirá aprovechar cualquier trozo de queso que tengas en la nevera. Necesitarás unos 250 g de queso rallado. Cualquier combinación servirá, pero creemos que esta funciona muy bien. Para cuatro raciones, utiliza 400 g de pasta y 500 ml de salsa blanca. Para una cremosidad extra, añade 3 cucharadas de crème fraîche. A la salsa, añade una mezcla de queso azul suave, gruyère rallado, feta desmenuzada para darle un toque extra y parmesano rallado. Esparce más gruyère rallado antes de hornear en un horno caliente durante unos 20 minutos.

A toda la familia le encantará este plato fácil. Para servir cuatro, fríe 250 g de tocineta hasta que esté crujiente y escúrrela en papel de cocina. Mézclala con la pasta; puedes usar penne en lugar de macarrones, ya que la salsa se adhiere especialmente bien. Añade una lata escurrida de 400 g de tomates cherry, vierte la salsa de queso y un poco más de queso rallado, y luego hornéalo hasta que esté bien caliente. Si te sobra jamón, añádelo también. Puedes usar tomates cherry partidos por la mitad en lugar de los enlatados.

El truco que hace que este plato sea aún más fácil es que no hay que hacer la tradicional salsa de queso. Puede ser complicado encontrar una fuente de horno que se adapte a tu freidora air fryer, pero cuatro moldes hondos caben en la mayoría de los modelos. Para servir a cuatro comensales, cocina 250 g de macarrones durante unos minutos por debajo del tiempo de cocción. Para la salsa, bate 250 ml de leche evaporada con dos huevos y sazona bien. Añade 250 g de queso cheddar curado rallado y vierte sobre la pasta. Cubre con más queso y cocina a 180 ºC durante 20 minutos hasta que esté dorada y burbujeante.

Este plato es ideal para los más pequeños: es saciante, rico en proteínas y una forma perfecta de introducir verduras extra. Para cuatro personas, necesitarás 400 g de macarrones, 400 g de brócoli blanqueado y unos 300 ml de salsa de queso. También puedes añadir maíz dulce, guisantes y zanahorias cocidas. Prepara la salsa con un cheddar suave y, a continuación, añade cubitos de mozzarella por encima para que se derrita.

Esta receta parece sofisticada y tiene un sabor increíble, pero en realidad es muy fácil de hacer con unos pocos ingredientes de la despensa. Prepara la salsa de queso con mitad de cheddar curado y mitad de gruyère. Mezcla cuatro puñados de espinacas congeladas (picadas y descongeladas) con la pasta casi cocida, junto con un bote de alcachofas baby cocidas y partidas por la mitad. Cúbrelo con una mezcla de pan rallado mezclado con un poco de mantequilla derretida y parmesano rallado y hornéalo durante unos 20 minutos hasta que esté dorado y burbujeante.

No hay duda de que se trata una sobrecarga de carbohidratos con queso. En este caso, cocina la pasta cruda, agrega una salsa blanca y cocina durante unos 10 minutos, revolviendo con frecuencia. Luego, agrega el queso rallado, usando mitad cheddar y mitad queso ahumado, que combina perfectamente con la hamburguesa. Cubre una hamburguesa de ternera cocida con una loncha de queso, luego amontona los macarrones con queso encima. Y si quieres, añade patatas fritas.

Añadir calabaza asada a los macarrones con queso aporta dulzura y textura, además de ser una forma estupenda de añadir una verdura que suele gustar mucho a los niños. Para cuatro raciones, necesitarás unos 600 g de calabaza o ahuyama, cortada en dados, luego aliñada con aceite de oliva y sazonada con un poco de tomillo o romero fresco. Asa en una sola capa en un horno caliente durante unos 25 minutos, hasta que esté tierna. Mezcla la calabaza con macarrones con queso y, a continuación, espolvorea generosamente con queso rallado y pan rallado. Hornea durante unos 20 minutos hasta que esté dorada y burbujeante. 

Añadir jamón ahumado aporta otra capa de sabor y textura a los macarrones con queso y es un gran uso para las sobras. También nos encanta con puerros salteados suavemente. Para servir cuatro raciones con 250 g de macarrones y 600 ml de salsa de queso, necesitarás 150 g de jamón y dos puerros, cortados en rodajas finas. Prueba a añadir medio queso ahumado para darle un toque extra de ahumado.

Si te preguntarás cómo se pueden hacer macarrones con queso sin queso, debes saber que es posible siempre y cuando tengas una licuadora. El truco está en utilizar nueces de marañón y levadura nutricional, que aportan la textura y el sabor salado. Para hacer la salsa para cuatro personas, con 300 g de macarrones, remoja 175 g de marañones crudos en agua durante la noche. Pon las nueces en una licuadora con 4 cucharaditas de levadura nutricional, 1 cucharadita de mostaza de Dijon, 2 cucharaditas de ajo en polvo, 1 cucharada de vinagre de sidra y 175 ml de leche vegetal sin azúcar. Bate hasta que quede suave y luego calienta suavemente para añadirlo a la pasta.

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A los más pequeños les encantará este sándwich de queso llena de carbohidratos. Además, es una forma estupenda de aprovechar las sobras. Tuesta y unta con mantequilla el pan y, mientras aún está caliente, añade una loncha de queso a cada trozo. Añade los macarrones con queso, que deben estar muy calientes para derretir el queso, y luego haz un sándwich. Puedes añadir kétchup, salsa de chile o extracto de levadura para darle más sabor.

Este plato se puede preparar con lo que haya en la despensa y que gustará a toda la familia. Si no tienes macarrones, los tallarines también valen. Utiliza atún enlatado en aceite si puedes, ya que el atún en salmuera tiende a secarse rápidamente. Desmenuza el atún, añádelo a la pasta, añade guisantes congelados y salsa de queso y cúbrelo con más queso rallado para hornear.

El mejor aperitivo nocturno o tentempié para ver un gran partido. Para hacerlo, envuelve una salchicha en beicon y ásala hasta que esté crujiente. Puedes usar el dorso de un cuchillo de hoja plana para estirar el beicon y que sea más fácil enrollarlo alrededor de la salchicha. Prepara los macarrones con queso en la cocina, mete la salchicha en un panecito y cúbrela con la pasta, más queso y los condimentos que elijas.

Esta receta gustará a todo el mundo. Todos los sabores de tu pizza favorita se transforman en un sustancioso plato de pasta. Mezcla un poco de pasta recién hecha con una salsa de queso y añade unos tomates cherry en rodajas y un chorrito de puré de tomate. Colócalo todo en un plato y cúbrelo con lonchas de pepperoni, orégano y abundante mozzarella y parmesano rallados. Añade un chorrito de aceite de oliva o de chile antes de hornear en un horno caliente durante unos 20 minutos.

En este caso, tendrás que cocer al vapor o escaldar las flores de coliflor hasta que estén tiernas, escurriéndolas bien si es necesario para que el plato no quede aguado. Una coliflor pequeña es suficiente para dos. Mézclala con macarrones con queso y luego cúbrela generosamente con queso rallado y pan rallado. También se puede incorporar tocino crujiente, pollo cocido o jamón. Hornea durante unos 20 minutos hasta que esté dorada y burbujeante.

Esta es la versión alemana de los macarrones con queso, llamada Käsespätzle. Los Spätzle son básicamente fideos caseros de huevo, cortos y bastante pequeños, un poco más grandes que los macarrones. Esta receta es muy rica y necesitas un queso fuerte como el gruyère para hacerla. Empieza colocando capas de fideos Spätzle frescos, queso rallado y cebollas caramelizadas en un plato, y luego hornéalos en un horno caliente durante unos 10 minutos. Encontrarás Spätzle ya preparados en las tiendas de delicatessen europeas si no quieres hacerlos tú mismo.

Este es un plato que gusta a todo el mundo y que puedes preparar con antelación y meter en el horno para que se haga. Para seis personas, necesitarás 600 ml de salsa de queso aromatizada con unas cucharaditas de mostaza en polvo, 300 g de macarrones y trozos de pescado. El sabor mejora si añades pescado ahumado a la mezcla, pero cualquier mezcla de pescado o marisco servirá. Tampoco es necesario que lo cuezas antes, ya que se cocinará en la salsa. Cúbrelo con queso rallado extra y hornéalo a temperatura alta durante 30 minutos.

Combina dos de los platos favoritos de todo el mundo en esta creación decadente que los amantes del queso y los carbohidratos adorarán. Además de ser muy divertida, esta pizza es también una excelente manera de aprovechar las sobras de macarrones con queso. Unta la base de la pizza con aceite de oliva y espolvorea un poco de orégano, luego hornéala durante 5 minutos. Mezcla el queso mozzarella rallado, el parmesano y el cheddar curado. Esparce un tercio sobre la base de la pizza, añade otro tercio a los macarrones con queso y reparte la pasta uniformemente sobre la base de la pizza. Cubre con el queso restante y hornea en un horno caliente durante unos 20 minutos. También puedes añadir beicon crujiente, pepperoni o champiñones cocidos.

Otra opción es este reconfortante plato híbrido de chili con carne picante y con salsa combinado con pasta rica y con queso. Prepara tu chili favorito: 450 g de carne picada darán cuatro buenas raciones. Puedes cocinar los macarrones en el chili durante 10-12 minutos hasta que estén tiernos, o cocinarlos por separado si lo prefieres. Colócalo en una fuente apta para horno, añade unas cucharadas de queso crema para darle un toque extra, cúbrelo con queso cheddar curado y gratínalo hasta que se derrita y se dore. Añade cilantro picado y cebollas tiernas para servir.

¿Por qué no? Los macarrones cremosos con queso apilados en un hojaldre pueden ser un plato ideal para el invierno. Dale un toque especial a los macarrones con queso añadiendo beicon crujiente, cebollas fritas o chorizo frito. Puedes hacer una tarta rellena grande o porciones individuales. Para servir a ocho comensales, necesitarás 400 g de masa quebrada que hay que hornear primero a ciegas. Esta cantidad cabe en un molde para tartas de 23 cm. Una vez que la masa esté horneada, coloca el macarrón con queso: 200 g de pasta son suficientes con 500 ml de salsa de queso. Cubre con más queso antes de hornear durante 20 minutos en un horno caliente.

Ricos y deliciosos, los macarrones con queso y langosta son perfectos para el fin de semana. También puedes usar cangrejos de río o gambas si no quieres gastar mucho en langosta. Para seis personas, necesitarás unos 850 g de langosta cocida. Prepara la langosta y córtala en trozos grandes, pero guarda las cáscaras para infusionar 750 ml de leche. Caliéntala suavemente con una cebolla y unos granos de pimienta, y luego resérvala. Usa la leche para hacer una salsa de queso con parmesano rallado, gruyère y cheddar curado. Añade la langosta y 450 g de macarrones. Cúbrelo con más queso y pan rallado y luego hornéalo en un horno caliente durante unos 20 minutos.

El pastitsio es un plato griego de pasta y ternera al horno, que suele prepararse con penne o rigatoni, pero los macarrones también quedan muy bien. La pasta se cuece y luego se mezcla con queso rallado, huevos batidos y mantequilla, y se extiende sobre la base de un plato apto para horno. Se cubre con un ragù de ternera y tomate, seguido de una capa de salsa bechamel espesa, antes de cubrirlo con más queso. Los sabores griegos vienen de la mano de un poco de menta seca añadida a la pasta cocida y del uso de queso halloumi rallado en lugar de cheddar.

Dale sabor a tus macarrones con queso con un poco de condimento mexicano y añade queso feta desmenuzado y queso cheddar curado. Ponlos en un taco, añade un poco de cebolleta picada, rodajas de chiles jalapeños en escabeche o frescos y una cucharada o dos de frijoles negros refritos. Para hacer los frijoles, fríe una cebolla y un diente de ajo hasta que estén dorados, añade una lata escurrida de frijoles negros, 1 cucharada de vinagre de sidra, un chorrito de miel y 2 cucharaditas de pimentón ahumado y comino molido. Cocina a fuego lento hasta que se caliente, aplastándolos ligeramente con una cuchara de madera.

Traducido al español como “macarrones alpinos”, el Älplermagronen es el hermano más cremoso de los macarrones con queso y es originario de la región alpina de Suiza. Los macarrones cocidos se mezclan con nata o crème fraîche, mucho queso gruyère suizo, patatas pequeñas cocidas y cebollas asadas. Para asar las cebollas, pélalas y córtalas en rodajas gruesas. Colócalas en una bandeja de horno, rocíalas con aceite de oliva y condimentos, y luego ásalas en un horno caliente durante unos 30 minutos, hasta que estén tiernas y ligeramente carbonizadas.

¿Por qué no te deshaces de las patatas fritas y rellenas tu sándwich de carne con unos macarrones con queso? Es ideal para aprovechar las sobras y también resulta especialmente delicioso con falda de ternera cocida a fuego lento o cerdo desmenuzado. Para hacer la pasta, utiliza el método de la cocina. Hemos descubierto que añadir unas cucharadas de queso crema y un poco de ajo en polvo combina de maravilla con la carne.

Rico y delicioso, este es un plato ideal para una ocasión especial. Las trufas son caras, si es que las encuentras, aunque solo necesitas un par de virutas para servir. El truco aquí es usar una pasta preparada que es una mezcla de trufa y setas porcini. También puedes añadir un poco de aceite de trufa, pero úsalo con moderación: para 500 g de macarrones que alimentan a seis, añade solo 2 cucharadas. De lo contrario, añade 75 g de pasta a la salsa de queso. Dale un toque italiano usando queso taleggio y mozzarella, así como queso cheddar.

Este es un gran plato reconfortante, con macarrones en capas con un rico ragú de carne y salsa de queso, cubierto con más queso y horneado hasta que esté muy caliente. Para servir a unas seis personas, necesitarás tu receta favorita de salsa boloñesa hecha con 450 g de carne picada, 800 g de macarrones y 750 ml de salsa de queso. Cuece la pasta durante 5 minutos y luego mézclala con la salsa de queso. Coloca las capas, empezando por el ragú, luego la pasta y la salsa. Por último, añade queso rallado extra y hornea en un horno caliente durante unos 25 minutos.

El kimchi, el plato coreano de verduras fermentadas picantes, tiene un toque realmente fuerte y funciona de maravilla en los macarrones con queso: el picante contrarresta la riqueza del queso y el kimchi picado añade crujiente. Para seis raciones, necesitarás 350 g de macarrones, 600 ml de salsa de queso y 250 g de kimchi. Para un capricho extra, utiliza mitad leche y mitad nata para la salsa, añadiendo la nata al final de la cocción.

Este plato especiado de inspiración cajún se prepara tradicionalmente con andouille, una salchicha de cerdo ahumada. Como a veces es difícil de encontrar, el chorizo es un gran sustituto, que añade una capa extra de especias. Para cuatro personas, necesitarás 250 g de macarrones, 600 ml de salsa de queso, 300 g de colas de cangrejo de río y 60 g de chorizo frito y cortado en dados. Añade una buena pizca de especias cajún o, como alternativa, utiliza pimentón y pimienta de cayena. Mézclalo todo y cúbrelo con una mezcla de queso rallado y pan rallado antes de hornearlo.

Estas frituras crujientes son una forma estupenda de aprovechar las sobras de macarrones con queso, aunque son tan sabrosos y apetecibles que vale la pena prepararlos desde cero. Prepara los macarrones con queso y extiéndelos en un molde de horno poco profundo, luego deja que se enfríen por completo. Ten tres cuencos preparados con harina sazonada, huevo batido y pan rallado. Con una cuchara, forma buñuelos con los macarrones y luego rebózalos en la harina, el huevo y el pan rallado. Deja que se enfríen completamente en la nevera antes de freírlos. Sírvelos con una salsa picante para mojar.

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