NO pueden faltar en tu nevera: 29 alimentos que SIEMPRE debes tener
Lo esencial en el congelador

Puede que los ingredientes frescos tengan mejor reputación que los congelados, pero las investigaciones demuestran que la congelación de ciertos productos ayuda a retener nutrientes vitales y a aumentar su vida útil, sin comprometer en absoluto su sabor. Desde verduras vibrantes y bayas brillantes hasta carne, pescado y proteínas vegetales, hemos reunido una lista de alimentos sanos y resistentes que todo el mundo debería tener en su congelador.
Haz clic o desplázate por nuestra galería para descubrir 29 alimentos básicos para el congelador que nunca deberían faltarte, en una cuenta regresiva hasta llegar a los más esenciales de todos.
Hemos basado nuestra clasificación en los consejos de los expertos, en lo esencial que es cada artículo y en las opiniones y conocimientos de primera mano de nuestro equipo. Esta lista es inevitablemente subjetiva.
Adaptado al español por Ana Sabin Paz, redactora en español para loveFOOD.
29. Uvas

Refrescantes y dulces, las uvas son fantásticas congeladas. Este tentempié bajo en calorías está repleto de vitamina C y potasio, y es una alternativa estupenda a los palitos de helado comprados en el supermercado. Disfrútalas solas, o úsalas para cubrir avena, muesli o yogur. También puedes añadirlos a postres acabados o utilizarlos para enfriar bebidas en lugar de cubitos de hielo.
28. Masa de galletas

La próxima vez que hagas galletas, prepara una tanda doble y congela la mitad. Siempre que congeles las galletas individualmente, no hace falta descongelar la masa antes de hornearlas. Solo tienes que poner las galletas en un horno precalentado o en una freidora de aire y disfrutar de un sabroso dulce cada vez que quieras.
27. Sandía

A pesar de su alto contenido en agua, la sandía se congela sorprendentemente bien. Repleta de nutrientes —como la citrulina y el licopeno, ambos conocidos por ayudar a reducir la tensión arterial—, la fruta puede congelarse y utilizarse para hacer batidos y zumos. También se pueden hacer estupendos polos: basta con cortarlos en trozos triangulares, insertar un palito de polo en la corteza, congelar durante unas horas y disfrutar.
26. Patatas fritas

A todo el mundo le gustan las patatas fritas, y estamos seguros de que tener una bolsa guardada en el fondo del congelador ha salvado a muchos padres con ojos cansados de muchas meriendas llorosas. No solo es un alimento práctico cuando tienes poco tiempo, sino que el proceso de congelación elimina la humedad, lo que hace que las patatas fritas cocidas tengan un interior suave y esponjoso y un exterior crujiente. Para una opción más sana, intenta comprar patatas fritas con pocos o ningún aditivo y cocínalas en la freidora de aire.
25. Frutas de hueso

Desde ciruelas a melocotones, pasando por nectarinas y albaricoques, puedes comprar fruta de hueso congelada en rodajas o en puré en el supermercado, o simplemente preparar la tuya propia en casa. En el proceso de congelación se pierde muy poco sabor, aunque la textura puede ser ligeramente diferente, por lo que muchos prefieren utilizar las versiones congeladas en crumbles, tartas y compotas, en lugar de comer la fruta sola como harías cuando está fresca. La congelación también es una forma brillante de disfrutar de las frutas de hueso cuando no están de temporada.
24. Salsa casera para pasta

Una forma fácil de conservar las verduras frescas -especialmente las de consistencia acuosa, como calabacines, judías verdes y tomates, que pueden empaparse si se congelan tal como están- es hacer con ellas salsa para pasta. Puedes congelarla y descongelarla cuando la necesites. El pisto y la salsa vegetariana para lasaña son dos opciones estupendas para cocinar en lote y congelar, listas para disfrutarlas más adelante.
23. Masa de pastelería

Brillante para cubrir tartas y hacer tartaletas, pasteles de desayuno y canapés, la masa congelada ya preparada es sin duda una opción más fácil que la hecha en casa. Esto es especialmente cierto en el caso del hojaldre, cuya preparación es bastante complicada y requiere mucho tiempo. Deja que el hojaldre congelado se descongele en el frigorífico durante la noche; una vez descongelado, despliégalo con cuidado y déjalo a temperatura ambiente durante 30 minutos antes de utilizarlo. Si el hojaldre empieza a agrietarse, necesita más tiempo para alcanzar la temperatura adecuada.
22. Habas

Las habas se congelan especialmente bien. Esta práctica verdura está repleta de nutrientes y es rica en proteínas vegetales, además de tener muchos otros beneficios para la salud. Tanto si congelas una cosecha que has cultivado en tu huerto como si compras una bolsa escarchada en el supermercado, te garantizas una verdura rica en nutrientes que no compromete el sabor ni el gusto y es increíblemente versátil: úsala como base de una sopa, salsa o pesto, añádela a sopas o espárcela sobre ensaladas.
21. Hierbas

Congelar las hierbas puede cambiar su textura, pero si se congelan correctamente el sabor será idéntico al de las frescas. Congela en seco hierbas gruesas, como el romero y el tomillo, quitándoles los tallos y guardándolas en una bolsa de plástico hermética: así conservarán gran parte de su sabor fresco cuando se descongelen. Las hierbas más suaves se pueden picar y congelar en cubitos de hielo, en agua o aceite, para realzar risottos, tartas y guisos.
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20. Arándanos

Aunque comer fruta y verdura fresca tiene muchas ventajas, la congelación puede conservar sabores y nutrientes que, de otro modo, empezarían a deteriorarse poco después de la recolección. Los arándanos se congelan especialmente bien y, como son una fruta de temporada, comprarlos congelados significa que puedes disfrutarlos todo el año. Estas bayas redondas están repletas de vitaminas C y K1 vitales y pueden ayudar a potenciar la salud cerebral y prevenir las enfermedades cardíacas. Utiliza la fruta congelada en batidos, espolvoréala sobre gachas de avena, muesli o yogur, o incorpórala a mezclas para bizcochos o magdalenas.
19. Caldo casero

Tanto si lo utilizas para hacer sopas o guisos como si simplemente te apetece prevenir enfermedades con una taza de caldo caliente, siempre es útil tener caldo casero en el congelador. Cuando hayas hecho una tanda, deja que se enfríe del todo y pásala a recipientes o bolsas herméticas antes de guardarla en el congelador. El caldo puede durar de dos a cuatro meses congelado.
18. Frutas tropicales

Las frutas tropicales como el mango, la piña y el kiwi se congelan especialmente bien y a menudo se pueden encontrar en el pasillo de congelados de los supermercados preparadas y listas para llevar. Repletas de nutrientes y antioxidantes, estas frutas son ideales para batidos de desayuno, rellenos de tartas y helados caseros, o simplemente puedes rociarlas con zumo de lima y disfrutarlas como un refrescante tentempié. Si vas a congelarlas en casa, trocéalas, sécalas, cúbrelas con film transparente y congélalas en una bandeja de horno para que no se peguen entre sí; una vez congeladas, pásalas a una bolsa de congelación hermética o a un recipiente.
17. Arroz

Recalentar el arroz es algo que preocupa a mucha gente por el riesgo de intoxicación alimentaria, pero esto puede evitarse si el arroz cocido se almacena correctamente. Una forma sencilla y segura de guardar el arroz sobrante es en el congelador. Extiende el arroz caliente sobre una bandeja de horno para que los granos se enfríen lo más rápidamente posible, y luego congélalo en bolsas herméticas. Para recalentarlo, utiliza el ajuste de descongelación del microondas durante unos minutos o añádelo a una cazuela de sopa o guiso burbujeante, asegurándote de que el arroz esté bien caliente antes de servirlo.
16. Frambuesas

Trata las frambuesas congeladas como lo harías con otras bayas y añádelas a batidos, muesli, yogur y crumbles para obtener una explosión extra de sabor y nutrición. Esta fruta rosa está repleta de beneficios para la salud, como fibra, potasio y vitamina C. Las frambuesas pueden volverse un poco blandas tras la descongelación, pero su sabor no se ve afectado. Si las vas a congelar en casa, mételas en un recipiente o bolsa hermética poco después de recogerlas para que se conserven todos los nutrientes.
15. Jengibre

Esta raíz milagrosa es conocida por sus propiedades antiinflamatorias y suele utilizarse para combatir las náuseas, los resfriados y otras enfermedades. Es un ingrediente fácil de guardar en el congelador, y hacerlo aumenta sustancialmente su vida útil. Basta con pelar y cortar finamente la raíz antes de meterla en un recipiente o bolsa herméticos, o bien meter el jengibre picado en una cubitera con agua, congelarlo y utilizarlo cuando se necesite. Prueba a añadirlo a batidos, zumos, caldos, curry y salteados.
14. Mantequilla

Tanto si eres un panadero ávido que tiende a quedarse sin ingredientes esenciales, como si tienes problemas para terminar un paquete antes de que se estropee, es lógico que guardes mantequilla en el congelador. Además, las temperaturas más frías aumentan su vida útil: si se guarda en un recipiente hermético, un bloque de mantequilla puede durar hasta 12 meses en el congelador.
13. Chiles

¿Has cultivado demasiados habaneros? ¿No sabes qué hacer con los jalapeños que te sobran? El congelador es el mejor lugar para ellos. Los chiles frescos se congelan increíblemente bien, y su ardiente picor prácticamente no se ve afectado por las temperaturas gélidas. Puedes meterlos enteros, cortarlos en rodajas o incluso guardar chiles a medio usar hasta la próxima vez que los necesites.
12. Gambas

Aunque las gambas solo tienen una vida útil en el congelador de unos tres meses, son una brillante adición a tu reserva de alimentos congelados. Repletas de proteínas, vitaminas y minerales, incluido el yodo, las versátiles gambas no tardan mucho en descongelarse: basta con meterlas en el frigorífico toda la noche para que se descongelen o colocarlas en una bolsa hermética cubiertas de agua fría (cambiando el agua regularmente) hasta que se descongelen del todo (esto debería llevar alrededor de una hora). Escurre el líquido antes de usarlas y ten en cuenta que pesarán menos después de descongelarlas. Ten en cuenta también que nunca debes volver a congelar gambas crudas y descongeladas.
11. Judías Edamame

Las habas de soja o edamame (habas de soja inmaduras), repletas de proteínas, para muchos son imprescindibles en el congelador por muy buenas razones. No solo es rentable comprarlas congeladas, sino que además suelen venir ya peladas o en vainas que se abren al vapor, lo que facilita su preparación. Esta legumbre está repleta de fibra y antioxidantes y tiene otros beneficios para la salud, como reducir el colesterol. Disfrútala como tentempié espolvoreada con copos de chile o añádela a todo tipo de platos, desde salteados hasta caldos al estilo asiático y ensaladas o guisos frescos y crujientes.
10. Nueces

Rebosantes de nutrientes y proteínas, los frutos secos ofrecen toda una serie de beneficios para la salud, desde reducir la tensión arterial hasta favorecer la función nerviosa. Aunque guardarlos en la despensa puede parecer lo más obvio, el congelador es una opción mejor, sobre todo si no se acaban los paquetes rápidamente. La temperatura helada evita que los frutos secos se pongan rancios y puedes consumirlos directamente del congelador.
9. Plátanos

Tanto si los congelas tú mismo como si compras una bolsa ya preparada, descubrirás rápidamente que los plátanos congelados son un elemento indispensable en tu congelador. Quedan geniales batidos en un smoothie, ya que añaden sabor y una textura cremosa a la vez que enfrían la bebida, o se pueden convertir en un saludable helado sin lácteos (simplemente tritúralos en una batidora hasta que queden suaves y luego mételos). La fruta puede congelarse con piel, o puedes pelarla y picarla o hacerla puré antes de congelarla en porciones.
8. Espinaca

Cargadas de vitaminas C y K, así como de calcio y folato, un importante compuesto que favorece el crecimiento celular, las espinacas son una especie de ingrediente milagroso. Sin embargo, las espinacas frescas tienen una vida útil muy corta, por lo que tener una bolsa de congeladas en el congelador puede ser muy útil. El secreto está en asegurarse de que están totalmente descongeladas y de que se ha escurrido todo el exceso de agua antes de añadirlas a un plato.
7. Pan

Aunque el pan congelado nunca sabrá tan bien como el recién horneado, merece la pena tener un poco más en el congelador para emergencias. Las mejores opciones son los estilos que pueden cocinarse directamente congelados, como las barras de pan listas para cortar, el pan de pita y los naans, que pueden calentarse en el horno, a la parrilla o tostarse. Los estudios de investigación han demostrado que congelar el pan puede ayudar a reducir sus niveles de índice glucémico (IG), que se sabe que causan picos en los niveles de azúcar en sangre.
6. Maíz dulce

Tener una bolsa de maíz dulce en el congelador es siempre una buena idea, perfecta para cuando quieres añadir una verdura más a una comida o necesitas dar volumen a un plato. Disponible para comprar congelado en mazorca o en granos, es una verdura ganadora para el congelador, ya que muchos de sus nutrientes se aprovechan durante el proceso de congelación, como la vitamina C, el folato, el magnesio y el potasio, todos ellos necesarios para mantener un cuerpo y un estilo de vida sanos.
5. Aves de corral

Desde aves enteras hasta muslos, muslos y pechugas de pollo, es recomendable guardar las aves de corral en el congelador si no las vas a utilizar inmediatamente. Las aves enteras pueden durar hasta un año, mientras que los trozos de ave pueden conservarse en el congelador durante nueve meses. Si ya están cocinados, los platos a base de pollo y pavo pueden conservarse congelados hasta seis meses, pero asegúrate de descongelar completamente la carne en el frigorífico antes de usarla.
4. Brócoli

Resulta que es mejor comprar la verdura en forma de árbol favorita de todos congelada que fresca, ya que las investigaciones demuestran que el brócoli congelado preenvasado es más nutritivo que su homólogo fresco. Contiene más vitamina B2, un compuesto esencial que favorece la producción de energía y ayuda a reforzar el sistema inmunitario. Cuanto más rápido se congele el producto después de cosecharlo, más nutritivo será, así que opta por el brócoli ultracongelado siempre que sea posible.
3. Carne roja

Tanto si vas a hacer albóndigas como si vas a asar una carne o preparar un pastel de carne molida, siempre es útil tener algunas opciones de carne roja en el congelador. La congelación también es una forma brillante de prolongar la vida útil de estos productos sin comprometer su sabor, textura o aroma. Los filetes y los asados pueden guardarse en el congelador hasta un año, mientras que la carne molida se consume mejor en tres o cuatro meses. Si vas a congelar tocino, hazlo durante no más de dos meses para evitar que se reduzca su calidad. Asegúrate de que todas las carnes rojas se guardan correctamente en recipientes o envases herméticos para evitar que se quemen en el congelador.
2. Pescado

El pescado capturado comercialmente suele congelarse rápidamente a bordo poco después de ser capturado, para retener los nutrientes, matar los parásitos y hacer que dure más tiempo. Por eso se considera uno de los mejores alimentos congelados del mercado en términos de calidad. Las variedades grasas, como el salmón y la caballa, se benefician especialmente del método de congelación rápida, y es menos probable que se sequen que los tipos blancos.
1. Guisantes

Hay una razón por la que encontrarás bolsas de guisantes en los congeladores de todo el mundo. Los guisantes se ultracongelan tras ser recolectados, por lo que mantienen su valor nutritivo: la redondeada verdura verde contiene proteínas vegetales, fibra, antioxidantes e importantes vitaminas, como la A y la K. Hay muy poca diferencia entre los frescos y los congelados en cuanto a sabor, textura y nutrición, por lo que las versiones congeladas son una opción excelente y asequible. Además, los guisantes son muy versátiles: úsalos para hacer sopa, mézclalos con queso crema o requesón para una salsa fácil, añade puñados a guisos o caldos, échalos al pesto casero o sírvelos como guarnición.
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